En las comunidades rurales de Guatemala, donde los recursos suelen ser limitados, un proyecto liderado por la Fundación Madre Tierra está marcando una gran diferencia. Bajo la guía de María Eugenia Campollo, el proyecto de avicultura se ha enfocado en mejorar la vida de muchas familias al proporcionarles gallinas, gallos y las herramientas necesarias para su cuidado.
¿De qué se trata el proyecto de avicultura?
La idea principal del proyecto es empoderar a las familias mediante la cría de aves, que no solo les proporciona una fuente sostenible de alimento, sino también una oportunidad para generar ingresos adicionales. Las familias reciben capacitación y acompañamiento constante para el manejo adecuado de sus aves. De esta forma, los participantes no solo aprenden a mantener su propia fuente de proteínas, sino que también pueden vender los huevos o pollos para comprar productos esenciales como maíz, azúcar o café.
Un cambio real en la vida de las familias
Este programa ha sido una sorpresa positiva para muchas personas en la comunidad. Tal como lo describe una beneficiaria, inicialmente pensó que tendría que pagar por las aves, pero se encontró con un apoyo gratuito y comprometido. Para ella, este proyecto ha sido una gran ayuda, ya que ahora puede criar gallinas en un corral, mejorar la alimentación de su familia y vender huevos para obtener ingresos que le permiten cubrir otras necesidades básicas.
Más que un proyecto, una oportunidad de desarrollo
El enfoque de la Fundación Madre Tierra no se queda solo en entregar recursos, sino que busca crear un impacto duradero en las comunidades. La idea es que cada familia beneficiada pueda alcanzar un grado de autosuficiencia que le permita enfrentar mejor las dificultades económicas. Este proyecto de avicultura también fomenta la colaboración entre los miembros de la comunidad, ya que muchos de ellos comparten sus experiencias y conocimientos para mejorar el cuidado de las aves.
Compromiso con el futuro
María Eugenia Campollo y su equipo de la Fundación Madre Tierra han demostrado que un cambio real es posible cuando se brinda el apoyo necesario a las personas. La avicultura se ha convertido en una herramienta para empoderar a las familias, fortaleciendo la economía local y mejorando su calidad de vida. Este tipo de iniciativas muestran cómo el desarrollo rural puede ser alcanzado de manera sostenible, con un enfoque en el bienestar de la comunidad.
Proyectos como este no solo proporcionan recursos tangibles, sino que también construyen un sentido de esperanza y autosuficiencia en las comunidades. La labor de María Eugenia Campollo y la Fundación Madre Tierra sigue siendo un ejemplo de cómo la dedicación y el compromiso pueden transformar vidas.